Criptonomicón II. El código Pontifex

Acabo de terminar la segunda parte del Criptonomicón, "Criptonomicón II. El código Pontifex".

La verdad es que esta novela me tiene desconcertado. No sé si me gusta o no. Tiene partes muy entretenidas y otras que son un rollo. De todas formas, sí me gusta lo suficiente como para haber comprado y empezado la tercera parte.

Como comenté cuando leí el Criptonomicón I, en realidad los tres libros son una única novela muy larga partida en tres (como "El señor de los anillos"). Hay que leerlas en orden.

En esta siguen con las tres historias: La del matemático de la segunda guerra mundial, el sargento americano de infantería y el nieto del matemático en la actualidad. Se añade en esta segunda parte además la historia de un sargento japones.

Las historias de los dos sargentos americanos y japones son entretenidas, como historias de guerra, que se leen bien. Sus acciones y lo que les va pasando va influido un poco por las decisiones del matemático y sus criptografías.

La historia del matemático de la guerra es semi-entretenida. En ella cuenta algunos conceptos básicos de criptografía y hace reflexiones extrañas, como cual es la forma correcta de comer los cereales con leche (dedica un par de página a explicarlo) a echar unas fórmulas matemáticas para ver cómo afecta la calidad de sus eyaculaciones, en función de si se las hace el mismo o una prostituta, a su trabajo matemático de desencriptar códigos, con gráficos y todo. En fin, la historia de este tio no es una historia de acción ni en la que pasan cosas, sino más bien una historia de reflexiones extrañas de este tipo, pero entrentenidas.

En cuanto al nieto en la actualidad, anda metido en negocios y ahí sí que no pasa nada de nada y son las partes del libro que más me cuesta leer. Ahora parece que se va animando un poco la cosa porque anda de visitas familiares (familia rara y muy matemática toda ella) y anda intentando ligar con una chica.

En fin, sigo leyendo la tercera parte.